Modelos de Acogida
La Acogida en la Iglesia: Una forma de Ser y de Hacer
¿Cómo es la acogida a las personas migrantes? La acogida en la Iglesia, como hemos publicado esta semana en diferentes blogs, es una forma de ser y de hacer.
Terminamos esta mini serie en la que hemos hablado de los principios de esta acogida, que para el Papa es “una gran responsabilidad que la Iglesia quiere compartir con todos los creyentes”. También hemos visto los diferentes modelos de realizar esta acción, contando con los testimonios de las personas migrantes y refugiadas y de las voluntarias que trabajan con ellas.
En esta ocasión abordamos los últimos tres modelos: pisos y recursos residenciales específicos, centros de emergencia y de baja exigencia y la red de parroquias:
- Pisos y recursos residenciales específicos:
En estas viviendas se trabaja la autonomía de las personas y familias, pero requieren apoyo para llevarlo a cabo. Son espacios donde se convive de forma estable y prolongada, reforzando la independencia e integración social de quienes lo habitan.
Chantall es un ejemplo de superación, rehaciendo su vida en España. Ha aprendido español, se ha formado y actualmente trabaja. Además, apoya de forma voluntaria en talleres para mujeres que están en proceso de recuperación.
- Centros de emergencia y baja exigencia:
En ellos se realiza la primera toma de contacto, donde el objetivo es la creación del vínculo con la persona. Las acciones que realizan están orientadas a la recuperación personal (física, afectiva, legal y de convivencia en la sociedad).
Biram, acogido en un centro de Barcelona: “Desde que estoy aquí tengo la sensación de que soy una persona humana. Me han tratado con educación, respeto y dignidad. He podido lavarme, tener ropa limpia y comer”.
- Red de parroquias:
Son espacios de acogida de emergencia habilitados en la red de parroquias en turnos de un mes, acompañados por la comunidad parroquial y las personas voluntarias de la red.
Andrés, acogido en un centro parroquial en Madrid: “Estamos muy organizados, con tareas por turnos para cada día. Aunque la convivencia cuesta a veces, lo vivimos como una oportunidad, con buena actitud, haciendo oración y confiando en Dios, porque saldremos victoriosos de todo esto”.
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