Por qué lo hacemos

Tanto las personas migrantes como refugiadas que llegan a Europa huyen de situaciones de sufrimiento, bien por un entorno de violencia, pobreza o persecución, bien porque en los contextos de frontera se vulneran sus derechos humanos. Gran parte de las personas migrantes tiene derecho a solicitar protección internacional, y solo pueden hacerlo cuando llegan a territorio europeo, ya que al factor externo de guerra se suma las políticas migratorias internas de la UE, centradas en el control de flujos y la securitización y externalización de fronteras.

   

   Control

 

   Fronteras

 

   Expulsión

 

   Vulneración

   de derechos

 

   Precariedad

 

   Sufrimiento

Estas situaciones de control y exclusión generan un sufrimiento a las personas. Por ello desde Migrantes con Derechos queremos recuperar su dignidad y garantizar que se cumplen sus derechos fundamentales. Las personas que llegan a las fronteras exteriores europeas no tienen una forma segura y legal de acceso. Esta ausencia de vías genera mayor proliferación de mafias de tráfico de personas migrantes y por tanto aumenta su sufrimiento aún más.

Es preciso compartir con la comunidad cristiana y la sociedad civil la convicción de que las migraciones son una oportunidad de desarrollo para los pueblos. En palabras del Papa Francisco, “exhortamos a los países a una generosa apertura que, en lugar de temer la destrucción de la identidad local, sea capaz de crear nuevas síntesis culturales”.

Por ello apostamos por unas políticas de acogida e integración que incidan en un cambio de los estereotipos sociales, que combatan los discursos xenófobos de miedo y odio. Y junto a la acogida es imprescindible activar una mirada a atajar las causas de este desplazamiento forzoso de la población, asegurando la paz y el desarrollo. Apostar por la acogida es apostar por la humanidad.