Estas situaciones de control y exclusión generan un sufrimiento a las personas. Por ello desde Migrantes con Derechos queremos recuperar su dignidad y garantizar que se cumplen sus derechos fundamentales. Las personas que llegan a las fronteras exteriores europeas no tienen una forma segura y legal de acceso. Esta ausencia de vías genera mayor proliferación de mafias de tráfico de personas migrantes y por tanto aumenta su sufrimiento aún más.
Es preciso compartir con la comunidad cristiana y la sociedad civil la convicción de que las migraciones son una oportunidad de desarrollo para los pueblos. En palabras del Papa Francisco, “exhortamos a los países a una generosa apertura que, en lugar de temer la destrucción de la identidad local, sea capaz de crear nuevas síntesis culturales”.
Por ello apostamos por unas políticas de acogida e integración que incidan en un cambio de los estereotipos sociales, que combatan los discursos xenófobos de miedo y odio. Y junto a la acogida es imprescindible activar una mirada a atajar las causas de este desplazamiento forzoso de la población, asegurando la paz y el desarrollo. Apostar por la acogida es apostar por la humanidad.