Las devoluciones sumarias, conocidas como devoluciones “en caliente” son aquellas prácticas de expulsión a personas extranjeras cuando intentan cruzar las fronteras de Ceuta o Melilla a través de la valla y no por un puesto fronterizo. La gravedad radica en la inmediatez del retorno obligado a Marruecos SIN NINGUNA GARANTÍA.
Con esta nueva publicación queremos compartir dos experiencias, la primera cuenta el testimonio de Pelou Moammar Abdel y la segunda la escucharemos de Josep Buades Fuster, sj Director de Asociación Claver y miembro de la Comisión de Incidencia Política de la Red Migrantes con Derechos.
Testimonio de Pelou Moammbar Abdel
Me llamo Pelou Moammar Abdel y nací en Camerún.
Entré en Marruecos el 15 de diciembre de 2016, he intentado cruzar la valla en varias ocasiones. El 29 de agosto de 2019 fui uno de los ocho jóvenes que estuvo encaramado a la valla fronteriza de Ceuta hasta que la Guardia Civil nos hizo bajar con grúas y nos devolvió sumariamente. A mí nadie me preguntó por mi identidad, ni me prestaron asistencia letrada aun cuando tenía varios indicios para pedir protección internacional por lo que conté sobre la muerte de mi padre y de mis hermanos, así como otros miembros de mi familia por los enfrentamientos de grupos armados entre nordistas y sudistas en Camerún.
Dejé mi país por la violencia, yo tenía una buena estabilidad económica hasta que llegaron los ataques y parte de mi familia murió. Actualmente mi madre es solicitante de asilo de la República del Congo. Cuando crucé la primera barrera fui víctima de la violencia de los agentes de la Guardia Civil, comí desperdicios, fui agredido mientras dormía en el bosque y recibí ataques con gases lacrimógenos.
Tengo heridas en la espalda por las concertinas. He visto muchos migrantes caer al foso cuando intentan saltar. Cuando estuve sobre la valla, la Guardia Civil empleó todo tipo de agresiones para bajarme (y a los otros ocho), ahora tengo una fractura de rodilla y alergia en los ojos ocasionada por el gas. Nunca te preguntan la edad, ni nombres, ni piden identificación, solo nos golpean, nos trasladan en ambulancia a la comisaria de la policía marroquí y de ahí directo al sur de Marruecos, a la ciudad de Tizti.
Mi viaje se inició en Camerún, pasé por Nigeria, Níger, Mali, Argelia y finalmente Marruecos.
Soy testigo de que la ruta por tierra es muy peligrosa.
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